
Por Martín Almuna (*)
INTRODUCCION
El objetivo del presente trabajo es analizar la relación entre Perón y los Montoneros, para establecer como éste vínculo repercutió en la política hacia el frente de masas dicha organización político-militar.
Para ello es necesario situar la problemática en el contexto de la historia política Argentina de la última mitad del siglo xx. Si bien no existe una continuidad histórica lineal entre las luchas populares del pueblo argentino y la historia de Montoneros (1), no es menos cierto que esta última se constituyó como parte inescindible de la primera.
Tres factores interrelacionados intervienen en la conformación y desarrollo de Montoneros; el triunfo de la Revolución Cubana, la radicalización de las capas medias y la reafirmación de la identidad peronista como respuesta a la violencia oligárquica. El proceso fue desarrollado en un contexto mundial caracterizado por luchas de liberación nacional y un marcado ascenso de la lucha de clases.
En el desarrollo de Montoneros en el frente de masas se pueden distinguir dos momentos o etapas en función de la relación con el líder del movimiento que aspiraban expresar: Una primera etapa desde sus orígenes hasta el primer llegada de Perón, y una segunda etapa desde el regreso de Perón hasta el acto el 1 de mayo de 1974.
PRIMERA PARTE
El triunfo de la Revolución Cubana
En 1959, en una isla caribeña, lejos de los pronósticos de la ortodoxia soviética, se produce la revolución más importante no solo de Latinoamérica, sino del llamado tercer mundo. La Revolución Cubana se había producido sin proletariado y sin partido, y parecía confirmar las criticas que desde hacia algunos años cuestionaban al modelo de revolución Leninista, y con ella al dogma de los partidos comunistas (2). Con la intención de sistematizar el nuevo horizonte revolucionario:
la dirigencia cubana produjo la llamada ‘teoría del foco’ […] que puede resumirse, como lo hizo su principal teórico , Ernesto Guevara, el Che , en un de las tres ‘lecciones’ que el sacaba de la revolución en que había participado: no era necesario esperar que existieran todas las condiciones para la revolución , porque la misma insurrección podía producirlas . Este mensaje tenía dos consecuencias principales: la revolución era exclusivamente nacional, no ya parte de un proceso mundial dirigido por el mayor’ estado obrero’, la Unión Soviética: y era el producto no de la acción del proletariado organizado por su partido de vanguardia, sino de la voluntad individual. (3)
La teoría del foco dio el cuerpo teórico, las desigualdades sociales, junto a la falta de canales democráticos, las condiciones materiales, y la figura del Che el símbolo a imitar a una juventud que nutrió las filas de la guerrilla urbana. La Revolución Cubana fue el puente entre la revolución social y la liberación nacional, permitiendo el acercamiento de sectores del nacionalismo con las izquierdas en general (4).
El encargado de sistematizar en doctrina el acercamiento entre Cuba y el peronismo fue John William Cooke, sentando las bases del peronismo revolucionario. Los cristianos radicalizados, y entre ellos los futuros montoneros, hallarán en estas ideas tanto una herramienta de posicionamiento político como una vía de resolución de sus contradicciones internas.
La radicalización de las capas medias
El segundo factor en cuestión, la radicalización de las capas medias, se desprende del conflictivo devenir histórico. La historia argentina del siglo XX está signada por el ejercicio sistemático del uso de la violencia por parte de los sectores privilegiados de la sociedad, en permanente tensión con los ensayos (no sin contradicciones) de los sectores populares para organizar un proyecto social emancipador. Así, la respuesta oligárquica al yrigoyenismo será el golpe de estado de 1930.
Si el golpe de estado de 1930 clausura la construcción de un proyecto reformista liderado por los sectores populares urbanos, expresados políticamente por el radicalismo, el golpe de estado de 1955 hará otro tanto con el proyecto de liberación nacional protagonizado por los trabajadores y la burguesía nacional, expresado políticamente en el peronismo.
El 16 de junio de 1955 la Marina de Guerra bombardea a la población civil que se encontraba en la Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires. Desde entonces la violencia política se irá incrementando en contra de los sectores populares.
El golpe de setiembre del mismo año contra el gobierno constitucional de Juan D. Perón cerró un ciclo democrático abierto por éste en 1946, que estuvo signado por la incorporación de los trabajadores como sujetos de derecho.
El desmantelamiento del Estado de Bienestar, la proscripción del partido mayoritario (a través del decreto 4161), el secuestro del cadáver de Eva Perón, los fusilamientos de junio de 1956, son factores que motivan a la resistencia peronista a radicalizar sus métodos con el objetivo de restaurar al gobierno constitucional depuesto. Estos hechos también grafican una escalada de violencia que va cercenado progresivamente la posibilidad de participación democrática, provocando una desinstitucionalización del conflicto social (5). Durante el período 1955-1973 se van alternando democracias controladas y dictaduras militares (golpes de Estado en los años 1955, 1962, 1966). Frente a la incapacidad de la oligarquía en construir su proyecto hegemónico, el Partido Militar (6) se erige en verdadero árbitro y actor destacado.
Con la figura destacada del Gral. Onganía, la dictadura de la autodenominada “Revolución Argentina” expresó no contar con tiempos cronológicos, sino con plazos económicos, sociales y políticos. Esto constituyó una nueva situación: ya no se trataba de proponer una transición hacia una normalización democrática, sino de una naturalización de la capacidad militar para ejercer un poder de facto. La intervención a la Universidad pública, con la tristemente célebre Noche de los Bastones Largos, la censura, la lógica de gobernar a través de las armas, acercó a una porción importante de la clase media al peronismo y a las opciones que postulaban la transformación social. La clase media percibió los ataques a la Universidad y a las libertades individuales como un ataque a su propio ser, así como los trabajadores lo habían percibido en relación a sus conquistas sociales.
De esta manera muchos jóvenes que habían crecido escuchando las “atrocidades“ del peronismo, comenzaron a identificar a este último con la lucha contra el régimen, y a la lucha armada como una opción válida para conseguir sus objetivos políticos.
En palabras de Juan Gasparini:
Socialmente el fenómeno guerrillero emerge en lo que se conoce como la radicalización y peronización de los sectores medios , fomentada por la denominada revolución argentina de 1966.Franjas significativas de la juventud, del estudiantado , de profesionales , artistas intelectuales rechazan las posiciones antiperonistas y desde derecha e izquierda inician un acercamiento al justicialismo , soldando a la clase obrera con muchas parcelas significativas de la clase media (…) En la mayoría campeaba la idea de que no había solución popular fuera del peronismo (7).
Reafirmación de la identidad peronista
La reafirmación de la identidad peronista como respuesta a la violencia oligárquica esta íntimamente ligada al proceso tratado en el punto anterior. Varios historiadores han discutido sobre las causas de la reafirmación de la identidad peronista de Montoneros. Mas allá de las diferentes interpretaciones, existe el consenso de que dicha identidad estuvo presente en la conformación de la organización político militar más importante de la argentina.
La identidad peronista construida por Montoneros está más relacionada con un papel de fuerza contestataria a los regímenes autoritarios por parte de los grupos cercanos a la resistencia peronista, que con la comunidad organizada del primer y segundo Gobierno de Perón (1945-1955).
Para Samuel Amaral, los Montoneros adoptan la identidad peronista debido a la fuerte presencia del elemento católico de sus integrantes, ya que el peronismo los acercaba no a los sujetos del cambio social, sino a las víctimas del pecado colectivo, es decir a los pobres; y los pobres eran peronistas. Según este autor la adopción identitaria de los Montoneros no fue del todo ingenua, y nos habla de ”una maliciosa identificación” (8) de los objetivos de Montoneros con los del peronismo.
Mas allá de la intenciones originarias de Montoneros, lo cierto es que plantearon una lucha hegemónica hacia el interior de peronismo, logrando cierta inserción en las masas y el reconociendo del mismo Perón (9), en una etapa determinada por la puja de éste con el régimen.
SEGUNDA PARTE:
Desde los orígenes hasta
la primera llegada de Perón
Si el secuestro y muerte de Aramburu fue la aparición pública de Montoneros, la toma de “La Calera” le da una identidad posible. Los Montoneros debutan en el escenario político militar definiéndose como una “unión de hombres y mujeres que luchan con las armas en la mano por la soberanía nacional y popular“ (10) y se postulaban como “…la vanguardia político militar de la más amplia base posible“ (11). Explican que la tarea central de dicha vanguardia es “la construcción de una estructura revolucionaria del Movimiento Peronista que reemplace las estructuras actuales que quedaron en un esquema reformista” (12).
Si bien Montoneros proyecta instituirse en una vanguardia medularmente militar, es decir un foco, el carácter masivo y revolucionario latente en las masas peronistas los lleva, conscientemente o no, a plantear en esta primera etapa una lucha hegemónica en el seno del movimiento peronista. De esta manera la teoría del foco es modificada en dos aspectos; por un lado el foco no es exclusivamente ni necesariamente rural, y por otro, dada la combativa historia de las masas peronistas, no había que esperar que el foco crease todas las condiciones.
En sus aspiraciones, montoneros debatía la conducción de un proceso político de masas. En la definición de “vanguardia” elaborada por Roberto Perdía, dirigente Montonero, se aprecia esta afirmación: ”era vanguardia quien fuera capaz de conducir al pueblo y sus luchas, sorteando las limitaciones o topes que se oponían al logro de sus objetivos” (13)
Durante el año 1970, producto de los reveces sufridos por la detención y asesinato de algunos de sus dirigentes, Montoneros disminuye su accionar guerrillero. Simultáneamente irá acumulando simpatías que lo ligan al movimiento justicialista. La revista “Cristianismo y Revolución” publica una nota sobre la colecta realizada en una fábrica en apoyo de los guerrilleros presos (14). Allí se suceden declaraciones públicas de diferentes sectores del justicialismo, especialmente de la juventud, en conformidad con la necesidad de enfrentar al régimen con diversos métodos (15). El mismo Perón, en una carta en febrero de 1971, los llama:”Compañeros Montoneros“ (16). Más tarde acredita lo actuado en relación al secuestro y muerte de Aramburu. En otra carta a la juventud habla de un “cambio generacional” hacia el interior del movimiento y plantea: “tenemos una juventud maravillosa, …yo tengo una fe absoluta en nuestros muchachos que han aprendido a morir por sus ideales (17).
En este contexto, la política de Perón de desgastar al régimen en todos los frentes hacía compatible la negociación en términos electorales con el accionar de la guerrilla. Montoneros se posiciona en un lugar de relativa importancia para dialogar con las masas peronistas. El crecimiento de su influencia en la organización barrial, estudiantil, y gremial, introdujo un elemento novedoso y revitalizador en la vida interna del peronismo. Dentro del mecanismo dirigido por Perón desde España, las limitaciones ofrecidas por las dirigencias peronista y sindical se vieron contrabalanceadas por el peso logrado por los Montoneros.
Al decir de Gasparini: “No es temerario afirmar que llegaron a ser percibidos por brazo armado del justicialismo”, logrando incluso: “incrustarse en el sentimiento popular” al reencarnar a “los héroes y mártires que jalonaron aquellos años” (18)
La presión ejercida por el incremento de la operatividad guerrillera se sumó al decisivo aumento de la movilización contra el régimen (cordobazo, rosariazo, cipolletazo), contribuyendo a forzar la salida electoral. En 1971, en un discurso conocido como “Actualización política doctrinaria para la toma del poder” registrado por el “Grupo de Cine Liberación”, Perón detalló los tres canales para la toma del poder: “... una es la guerra revolucionaria, otra es una insurrección que parece proliferar dentro del Ejército, la otra es la vía pacífica de la normalización institucional: son las tres acciones que se están desarrollando”.
Por su parte , los documentos internos de Montoneros afirmaban que la organización aspiraba a constituirse en el “brazo armado del pueblo”. Por ello no discriminaban entre la tarea militar y la tarea de organización popular. Esta última debía estar orientada a “abrir canales de comunicación“ y proyectaba “extender la organización a todos los niveles de acción; el político , el sindical , el estudiantil , y el militar” De manera muy general plantean un relación dialéctica entre lucha armada y lucha de masas .Por ello consideraban que debían incorporarse a esta ultima ,”por medio del ejemplo , las formas y los métodos de lucha propios de una organización armada“ (19). De este documento puede concluirse que para Montoneros el ejemplo dado por la vanguardia era la forma de relación principal con la masa, aunque no exclusiva.
Para mediados de 1971 Montoneros esta en pleno proceso de reorganización, y decide impulsar, a tono con la línea política mencionada, la creación de las Unidades Básicas Revolucionarias (UBR), que se suman a las Unidades Básicas de Combate (UBC). La UBR venía a cubrir la “necesidad impostergable de crear un puente, un nexo, un nivel intermedio“ entre las organizaciones armadas y las de base , un puente organizativo entre “las dos patas de la lucha popular” (20).
…la creación de las UBR era un estrategia que tenia por objetivo ultimo constituirse en dirigencia del movimiento de masas, que es casi lo mismo que decir la conducción del peronismo .A partir de 1971, en consecuencia comenzaron a formarse Unidades Básicas Revolucionarias en distintos lugares del país, con montoneros militaban en fabricas, barrios y universidades, cada una de las cuales respondía a un integrante de una UBC. (21)
En 1972 el gobierno militar convocó a elecciones generales ante las exigencias de los partidos políticos, todavía declarados ilegales. La dictadura de Lanusse levantó la proscripción al Partido Justicialista pero, a través de una maniobra, la mantuvo sobre la figura de Juan Domingo Perón, al elevar la cantidad de años de residencia necesarios para ser electo Presidente, requisito que Perón no cumplía por haber estado exiliado 18 años en el exterior.
Desde la primera llegada de Perón
hasta la expulsión de la plaza
Contrariando muchos de los pronósticos de la época, Perón se reencontró con su pueblo luego de un largo destierro el 17 de noviembre de 1972, como resultado de uno de los procesos de mayor movilización popular de la historia argentina. De esta manera se rompe la estrategia del partido militar y sus socios civiles.
El movimiento obrero, las mayorías populares y numerosos grupos de jóvenes, habían protagonizado en esos años la pelea “Por el retorno incondicional de Perón y el pueblo al poder”. Columnas de trabajadores de las diferentes corrientes del movimiento gremial, agrupaciones “ortodoxas” como el Comando de Organización, el Frente estudiantil Nacional o Guardia de Hierro, marcharon junto al activismo de las estructuras de superficie ligadas a Montoneros; la Juventud Peronista de las Regionales, el brazo sindical; la Juventud Trabajadora Peronista, y las expresiones estudiantiles; la Juventud Universitaria Peronista y la Unión de Estudiantes Secundarios..
La clásica foto de José Ignacio Rucci, jefe de la CGT y figura paradigmática de la “patria metalúrgica”, sosteniendo un paraguas junto con el secretario general del Movimiento Peronista, Juan Manuel Abal Medina, cercano a Montoneros, eternizaron lo que seguramente fue el último episodio de unidad forzada del peronismo.
Montoneros había recibido la legitimación, o la menos el guiño, de Perón para convertirse en las “formaciones especiales” (22) del movimiento. Es decir, el líder había fogoneado su identidad peronista, construida bajo la consigna “Perón o muerte” o el “luche y vuelve” de la juventud. Esta nueva situación y la creciente peronización de los sectores medios, como se mencionó, motivaron a Montoneros a redefinir una política hacia el frente de masas.
En 1972 se decide la creación de diversos frentes de masas, o la inserción de la organización en los ya existentes: Juventud Trabajadora Peronista, Juventud Peronista, Juventud Universitaria Peronista, Unión de Estudiantes Secundarios, Movimiento Villero.
La estructura organizativa piramidal, con una extensa base inserta en el frente de masas, da cuenta de esta política. Ordenada de abajo hacia arriba, la estructura según Amorín era la siguiente:
1) frente de masas: aquí se incluía por ejemplo a la Juventud Peronista, organizada por Regiones y, dentro de cada Región, por Localidades y por Barrios; sus dirigentes “eran cuadros de la Organización con el rango de aspirantes a combatientes o de combatientes”; 2) Unidades Básicas Revolucionarias, aquí se integraban, “cuadros que estaban a cargo de grupos de militantes de los diferentes frentes: universitario, sindical o territorial”; 3) Unidades Básicas de Combate, “integradas por los responsables de las diferentes UBRs existentes en una zona”; 4) Columnas :Estaban integradas por varias UBC 5) “La regional en cuya conducción se integraban los jefes de Columnas” 6) La Conducción nacional , en donde participaban los jefes de cada región , era la cúspide de la pirámide (23).
En un documento interno Montoneros define su relación con Perón. Si en la etapa inicial el General era el conductor y garante del socialismo nacional, en esta nueva etapa el líder mantenía ese estatus pero el papel de la organización era diferente. Según el documento, la función del conductor en la lucha revolucionaria era imposibilitar el fortalecimiento del enemigo en el poder “neutralizando y controlando la burocracia integracionista en su relación con el régimen y con el resto del Movimiento”. En esta línea de análisis Perón conformaba una línea estratégica “defensiva” de desgaste al sistema. “Los sectores revolucionarios” (Montoneros) debían llevar adelante una “estrategia ofensiva” desarrollando la lucha armada como método principal de lucha y “encuadrando a las bases en la organización político militar” (24)
Por su parte Perón se encargaba de remarcar el carácter integral de la lucha y la importancia de cada rama del movimiento “recordándoles implícitamente a los guerrilleros que el que ellos llevaban adelante era solo un medio entre otros que también eran importantes“ (25)
Hacia diciembre de 1972 Perón regresó temporalmente a España, donde se entrevistó con los jefes de Fuerzas Armadas Revolucionarias y Montoneros. Los jóvenes guerrilleros acordaron un alto al fuego, pero dejaron en claro que no iban a desarmarse “autoerigiéndose en censores de eventuales desviaciones del proceso que se avecinaba”. En la misma negociación le entregaron a Perón “una lista de trescientas personas” que ellos proponían para ocupar cargos gubernamentales (26).
El tan nombrado “traspaso progresivo de la dirección del movimiento” (27) era exigido, quizá con una sobrevaloración de sus propias fuerzas, por los jóvenes de las organizaciones armadas.
Perón se limito a escuchar y eludió promesas (28). El liderazgo unipersonalista del conductor no podía tolerar lo que visualizaba como una amenaza, y la respuesta no tardó en llegar. Perón decide la ruptura con las formaciones especiales.
En el lapso acontecido entre la secreta demanda juvenil y el 25 de mayo de 1973, cuando Cámpora llega a la casa rosada, Perón resuelve la fractura con sus formaciones especiales
Las señas dadas por Perón a Montoneros fueron varias: “Contrariamente a lo prometido, no estuvo en el cierre de la campaña electoral, que había tomado un sesgo guerrillerista” (29), se aplazó la reorganización del movimiento, en donde la JP tendría un lugar destacado, y propició el lanzamiento de la juventud Sindical de Rucci.
Galimberti, dirigente de la JP ligado a Montoneros que había manifestado su simpatía con la conformación de milicias populares, fue destituido del Consejo Superior del comando Justicialista. El trasvasamiento generacional y la actualización doctrinaria ”saldrían de las líneas directrices del movimiento, ‘la liberación del partido militar y del imperialismo yanqui’ se borrarían como lema y se pasaría hablar de la reconstrucción“ (30)
En las elecciones de 1973 resultó electo Héctor José Cámpora por el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación),denominación legal que utilizo el Partido Justicialista bajo la tutela del propio Perón, junto a otros partidos menores y eventuales aliados políticos.
La nueva coyuntura planteaba el advenimiento de un tiempo plenamente político, y los Montoneros se reubicaron en el plano organizativo. En el Boletín Interno Nro. 1 de Montoneros, en el apartado: “Teoría organizativa” se planteaba que la organización se estructura a partir de dos elementos: 1) el foco armado como método para la construcción de la organización revolucionaria y 2) la inserción en el Movimiento Peronista (31).
La valoración del carácter popular del nuevo gobierno hacía ampliar el eje de la actividad dando espacio a la política, campo en que Montoneros se preparaba para actuar. En el mismo documento manifiestan la necesidad de construcción de una organización político-militar, “Esta organización destinada a conducir a la clase obrera debe estructurarse como partido revolucionario que desarrolle y conduzca la guerra revolucionaria integral en todas sus formas”. Esto evidencia el intento de montoneros de conformar una tendencia revolucionaria dentro del peronismo para hegemonizarlo desde adentro. En un documento interno unos meses antes habían establecido que la tarea central para la vanguardia era “el encuadramiento revolucionario de las masas, que responda totalmente a los intereses históricos de la clase obrera y le pernita dictar políticamente a las demás clases…” (32)
La creación de una tendencia revolucionaria en el interior del peronismo, la lucha armada y el giro electoralista parecían confirmar los aciertos de la política de Montoneros, quienes interpretaron el regreso de Perón, a apertura electoral y la asunción de Cámpora como una consecuencia de esos factores.
La juventud Peronista y la “tendencia”, recibieron su espacio de poder en el Gobierno de Cámpora. El Ministro del Interior de la Nación (Esteban Righi), el ministro de Educacion (Jorge Taiana), los Gobernadores de la Provincia de Buenos Aires (Oscar Bidegain) y de otras provincias como Córdoba, Mendoza , Salta, San Luis , Santa Cruz ), y un numero importante de legisladores estaban ligados de algún modo con Montoneros. En paralelo la organización crecía vertiginosamente en frentes de masas.
El 1 de Mayo en el Luna Park, había sido lanzada en un multitudinario acto la Juventud trabajadora Peronista (JTP), al canto de “JTP la nueva CGT” o “se va a acabar la burocracia sindical”. Para noviembre de 1973 se realiza “un acto de repudio a la burocracia sindical organizado por la JTP con 20000 personas“ (33). Otro tanto ocurriría con la UES, que rápidamente se transformaría en un fuerte espacio de dirección del moviendo estudiantil organizado. Solo en la provincia de Salta, a través del operativo Güemes, cerca de 500 estudiantes secundarios de las ocho regionales de la UES ayudarán en la organización de los habitantes del lugar. En la Federación Argentina de Box se desarrolla la primera asamblea popular de villeros, se leen declaraciones de apoyo de la JTP y Montoneros. Mientras la JUP:
había resultado vencedora en las elecciones tras décadas de proscripción peronista. El marco universitario general de operaciones de la JUP contaría con los niveles de participación estudiantil más altos que haya conocido la universidad, que durante el período de referencia, perduraría en un estado “virtual de asamblea permanente.” En este contexto, se conformaría posteriormente la FULNBA (Federación Universitaria de Liberación Nacional de Buenos Aires) presidida por Miguel Talento. Los claustros docente, estudiantil y no docente, llegarían en el año 1973 a las puertas de la universidad bajo el apoyo de los funcionarios nacionales, como era el dado por el presidente electo Cámpora y el Ministro de Educación, Jorge Taiana. En este momento, dentro de la universidad, en las puertas de la caja de cristal de la clase media antinacional y cuestionando los programas de los intelectuales al servicio de la ciencia “independiente”, el pueblo se haría presencia. La historia viva de las luchas de liberación nacional ingresaba y sacudía las bases de una institución, que una vez apagados sus anhelos de progreso con posterioridad a la reforma de 1918, estaría controlada durante décadas por sectores políticos ajenos al movimiento y a las luchas de las masas del pueblo argentino. (34)
En la capital federal 400 militantes peronistas ligados a la tendencia ocupan por siete días la Comisión Provincial de Vivienda, con el fin de lograr políticas populares en materia habitacional (35).
El crecimiento de Montoneros en los frentes de masas se desarrolló en paralelo al enfrentamiento entre estos y la ortodoxia del peronismo, en especial el sindicalismo. La valoración de “burócratas y traidores”, de Montoneros hacia los sindicalistas y el ala derecha del movimiento era respondida por éstos con la muletilla de “infiltrados marxistas”, “zurdos” y “bolches”. Este enfrentamiento excedió el plano simbólico, alcanzando uno de los puntos de máxima conflictividad en la llegada definitiva de Perón al país el 20 de junio de 1973. En dicho evento los dos sectores en conflicto se disputan “el palco” , desatándose una verdadera tragedia. Grupos civiles portando armas largas, parapetados en lugares estratégicos, abren fuego sobre las columnas de los diferentes frentes de Montoneros. “Ezeiza” como se conoce a esta masacre, es un tópico extensamente tratado en la historiografía argentina, porque expresa el enfrentamiento entre los defensores de “la patria socialista” y los de “la patria peronista”, que se sucedió en el período histórico posterior.
Perón regresaría al país para ocupar el lugar de Cámpora, pero el contexto político era otro. No había una dictadura en el gobierno para desgastar por lo que las formaciones especiales y la lucha amada carecían de sentido para la estrategia de Perón. Bastaba entonces con los métodos clásicos: elecciones y reconstrucción de la comunidad organizada.
Esta nueva etapa generó nuevo desafíos y desencuentro entre los actores, en palabras de Recalde Aritz:
La izquierda peronista debería sumarse al esquema frentista en los términos planteados por Perón o en su defecto, como mostró la dinámica de la política nacional, la disputa dentro del Movimiento llevaría a que el General moviera el péndulo hacia la derecha: en un marco de desconfianza hacia los militares, la derecha política del tercer peronismo sería ocupada por grupos clandestinos y por sectores de la Policía Federal manejada por el equipo de López Rega, nombrado por Perón. Villar, Osinde y López Rega operarían haciendo uso de la violencia terrorista sobre la Tendencia…. Los actos de terrorismo de las AAA para desarticular a la izquierda del Movimiento, serían acompañados, además, por una táctica de desplazamiento político de dirigentes de la Tendencia (36)
El llamado de Perón a reconstruir la comunidad organizada y el capitalismo nacional, y por ende a abandonar las armas, abrió la posibilidad de desarrollar una inserción política en las masas sin precedentes, pero estaba muy lejos del socialismo nacional que postulaban y por el que luchaban los Montoneros. Al profundizar las diferencias con Perón, y militarizar la disputa política, Montoneros se colocó en un lugar en donde el enemigo tenia claras ventajas comparativas.
Los sectores populares, y los trabajadores en particular, no serian indiferentes a esta cuestión, que ponía en tensión uno de los elementos constitutivos de montoneros; la reafirmación de la identidad peronista. A esto se suma el hecho de que la acción de la guerrilla adquiere para las masas una connotación diferente frente a un gobierno al que consideraban popular, en contraposición a la etapa dictatorial precedente.
Un 25 de septiembre de 1973 el Secretario General de la CGT, Jose Ignacio Rucci ,uno de los pilares del Pacto Social y hombre cercano a Perón, fue ejecutado. Aunque Montoneros no lo manifestaría públicamente, Perón les adjudicaría el asesinato. Como respuesta el Presidente elabora un “Documento Reservado” “en donde declararía la guerra a la subversión marxista y a los infiltrados en el Movimiento. (37)
Después del asesinato de Rucci se suceden las muertes de figuras políticas consideradas como “enemigos del pueblo” por Montoneros, como producto de la línea de militarización de la disputa política: Rogelio Coria (ex dirigente de la UOCRA, el 22 de marzo); Félix Navarro (guardaespaldas de la UOCRA, el 1 de julio); Arturo Mor Roig (Ministro del Interior de Lanusse, el 17 de julio.
En enero de 1974 renuncian los ocho diputados de la tendencia, en repudio a la reforma del código penal que sancionaba enérgicamente la tenencia de armas y las actividades guerrilleras. Perón se mostraba decidido a terminar con “los infiltrados del movimiento”
Cada acción militar de la guerrilla era respondida con un recorte en el espacio político de la tendencia “…detrás de Rucci se irían los diputados peronistas de la Tendencia; detrás del copamiento del Regimiento en Azul, sería destituido Bidegain de la gobernación de Buenos Aires y la lista es extensa (38)”.
En la conmemoración del 1 de mayo de 1974 el enfrentamiento entre el general y los montoneros alcanza su punto más álgido. En este acto, desafiando las directivas de Perón, la enorme columna de la Tendencia ingresaría a la plaza tras las banderas de Montoneros y de la JP. entonando “Si Evita viviera, sería Montonera”, “No queremos carnaval, Asamblea popular”, “¿Qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular?” El claro enfrentamiento con el sindicalismo y el carácter de los cánticos enfurecieron al anciano líder que increpó a la tendencia caratulándolos de imberbes, entupidos e infiltrados. Los Montoneros se retiran del acto, dejando media plaza vacía.
Dos meses mas tarde, el 1º de julio de 1974, fallece el Gral Perón y Montoneros se dirige hacia un camino que lo lleva a transitar el pase a la clandestinidad, con el consecuente asilamiento y militarización.
A manera de conclusión:
En la primera etapa (1970-1972), encontramos a Montoneros con una importante influencia en el frente Masas. Dicho ascendiente se logró por la política hacia ese sector en combinación con dos elementos: la peronización de la clase media y la reafirmación de la identidad peronista por parte de Montoneros. Esta identificación posibilitó que fueran visualizados como los representantes de la continuidad de los 17 años de resistencia, artífices en la lucha por la vuelta del General y depositarios del transvasamiento generacional por amplios sectores de la sociedad. En esta etapa el proceso se desarrolla con el beneplácito de Perón. En ese momento inicial Montoneros evalúa que el regreso del General al país es el camino para garantizar el socialismo nacional. Es decir, en esta primera etapa existe una comunidad de intereses en gran parte de los actores sociales involucrados; Perón, las masas y Montoneros.
En la segunda etapa (1972-1974) el desarrollo en el frente de masas llega a su auge, aunque comienzan a profundizarse las contradicciones que en la etapa anterior no se habían hecho evidentes. El fin de la dictadura militar y con ella las proscripciones, la definitiva llegada de Perón y la conformación de su tercer gobierno, plantean una situación política nueva. Las formaciones especiales ya no son funcionales al esquema realizado y digitado por Perón. Montoneros, que se encuentra en una etapa ascendente en cuanto al desarrollo de su política de masas, decide enfrentar no sólo a los elementos retardatarios del peronismo sino al conductor mismo. Esto último provoca el fortalecimiento del sector militarista hacia el interior de su organización y favorece el desplazamiento del Perón hacia la derecha.
En este panorama, el elemento identitario aglutinador; la reafirmación de la identidad peronista, no estará depositado exclusivamente en la juventud maravillosa, sino en el hacedor del movimiento mismo. La sumatoria de factores ira desgastando la relación de Montoneros con el Perón y de los primeros con el frente de masas.
(*) Documentalista. Prof. en Historia.
Diploma Superior en Educación Imágenes y Medios. FLACSO.
(I) El presente trabajo, con modificaciones, es parte de la ponencia que realice en el III Congreso Internacional de Ciencias Históricas, Venezuela, Julio de 2009. UPEL. Con el título de “Política de la organización Montoneros en el frente de masas (1970-1974). Simposio: Genealogía y Proyección de las organizaciones político militares peronistas (1955-1976).
NOTAS:
(1) Existe una suerte de leyenda heroica , en donde se presenta a Montoneros como un evolución de las luchas pasadas del pueblo argentino, en esta línea de pensamiento se puede ubicar, sin restarle merito por eso a : Jauretche Ernesto , Chaves , Gonzalo Lewinger , jorge Omar Cfr. Lanusse Lucas , Montoneros .El mito de sus 12 fundadores, Buenos Aires ,3° imp, Vergara,2007.Pág 39
(2) Se pueden mencionar las críticas del XX Congreso del Partido Comunista de la URSS de 1956, las discusiones públicas del PC Italiano, entre otras.
(3) Lanusse Op. cit p. 17.
(4) Cfr. Sigal Silvia, Intelectuales y poder en Argentina. La década del sesenta, Buenos Aires. Siglo XXI, 2002. pág. 164.
(5) Proceso operado cuando los actores sociales descreen de que los canales institucionales propios de una democracia moderna pueda resolver la conflictividad social .(N. de T)
(6) Función de parte de las fuerzas armadas , que obra en el terreno político para imponer por la fuerza la política rechazada por la opinión pública intentando legitimarse de facto. Cfr ROUQUIE, Alain Rouquie. (. El Estado Militar en América Latina. México,Siglo XX, 1984. pág 234
(7) Gasparini Juan. Montoneros: final de cuentas. La Plata. 2da ed. De La Campana. Pag. 43.
(8) Amaral Samuel Del exilio al pode: La legitimidad recobrada” En Amaral Samuel-Ben-Plotkin Mariano (Comp.: Perón: del exilio al poder) Tres de Febrero, EDUNTREF, 2004, pág.280.
(9) Altamirano Carlos. Bajo el signo de las armas. (1943-1973). Buenos Aires. Ariel 2001. Pag. 91-92.
(10) “Perón o Muerte “.Comunicado Nº 4,En Baschetti , Roberto: Documentos 1970-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular. La Plata. De la Campana. 1995.Pág 52
(11) “Hablan los Montoneros”. En Baschetti, Roberto:,Ob cit.Pág 97. Originalmente apareci- do en Cristianismo y Revolución, Nº 26, Noviembre-Diciembre 1970
(12) “Montoneros. Línea político militar. Documento interno”. En Baschetti, Ob. cit.Pág 26
(13) Perdía, Roberto Cirilo La otra historia. Testimonio de un jefe montonero. Gral. Roca. Grupo Agora, 1997 pág. 62.
(14) Revista Cristianismo y Revolución, Nro 25. Septiembre de 1970. Pág. 2.
(15) Cfr. Lanusse Op. cit. Pag 234-235.
(16) Carta de Perón a Maguid en revista Cristianismo y Revolución. Nro 29. Junio 1971. Pág. 21.
(17) “Mensaje de Perón a los “Compañeros de la Juventud”. en Baschetti Roberto.Ob cit. Pág. 138-139.
(18) Gasparini Op. cit. Pág. 40.
(19) revista Cristianismo y Revolución.N 28 ,Abril de 1971.Pág 70-73
(20) “Línea político militar. Documento interno” Baschetti Op. cit. Pág 249-270.
(21) Lanusse Op cit. Pag. 267. (22) Gasparini Juan. Op. cit. Pág. 41.
(23) Amorín José Montoneros: La buena historia. Buenos Aires. Catálogos 2005. Pág. 228.
(24) Línea político-militar, documento interno. Baschetti Op. cit. Pág 249-270.
(25) Lanusse Op. cit. Pág. 260.
(26) Gasparini Op. cit. Pág 49.
(27) Ibíd.
(28) Ibíd.
(29) Ibíd.
(30) Ibíd. Pág. 50.
(31) Ibíd
(32) Línea político-militar, documento interno. Baschetti Op. cit. Pág 249-270.
(33) Baschetti Roberto. Documentos 1973-1976. Vol I. De Cámpora a la ruptura. La Plata. De la Campana. 1996. Pág. 23.
(34) Recalde Aritz e Iciar,” Hacia el triunfo popular: Cámpora al gobierno-Perón al poder” En Universidad y Liberación Nacional. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires durante las tres gestiones peronistas: 1946-1952, 1952-1955 y 1973-1975. En línea, en: http://www.elortiba.org/tio.html#Hacia_el_triunfo_popular:_C%C3%A1mpora_al_gobierno-Per%C3%B3n_al_poder.Fecha de consulta :8 de julio 2009
(35) Baschetti Roberto. 1973-1976. Op. cit. Pág 19.
(36) Recalde Aritz, Ob, cit
(2) Se pueden mencionar las críticas del XX Congreso del Partido Comunista de la URSS de 1956, las discusiones públicas del PC Italiano, entre otras.
(3) Lanusse Op. cit p. 17.
(4) Cfr. Sigal Silvia, Intelectuales y poder en Argentina. La década del sesenta, Buenos Aires. Siglo XXI, 2002. pág. 164.
(5) Proceso operado cuando los actores sociales descreen de que los canales institucionales propios de una democracia moderna pueda resolver la conflictividad social .(N. de T)
(6) Función de parte de las fuerzas armadas , que obra en el terreno político para imponer por la fuerza la política rechazada por la opinión pública intentando legitimarse de facto. Cfr ROUQUIE, Alain Rouquie. (. El Estado Militar en América Latina. México,Siglo XX, 1984. pág 234
(7) Gasparini Juan. Montoneros: final de cuentas. La Plata. 2da ed. De La Campana. Pag. 43.
(8) Amaral Samuel Del exilio al pode: La legitimidad recobrada” En Amaral Samuel-Ben-Plotkin Mariano (Comp.: Perón: del exilio al poder) Tres de Febrero, EDUNTREF, 2004, pág.280.
(9) Altamirano Carlos. Bajo el signo de las armas. (1943-1973). Buenos Aires. Ariel 2001. Pag. 91-92.
(10) “Perón o Muerte “.Comunicado Nº 4,En Baschetti , Roberto: Documentos 1970-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular. La Plata. De la Campana. 1995.Pág 52
(11) “Hablan los Montoneros”. En Baschetti, Roberto:,Ob cit.Pág 97. Originalmente apareci- do en Cristianismo y Revolución, Nº 26, Noviembre-Diciembre 1970
(12) “Montoneros. Línea político militar. Documento interno”. En Baschetti, Ob. cit.Pág 26
(13) Perdía, Roberto Cirilo La otra historia. Testimonio de un jefe montonero. Gral. Roca. Grupo Agora, 1997 pág. 62.
(14) Revista Cristianismo y Revolución, Nro 25. Septiembre de 1970. Pág. 2.
(15) Cfr. Lanusse Op. cit. Pag 234-235.
(16) Carta de Perón a Maguid en revista Cristianismo y Revolución. Nro 29. Junio 1971. Pág. 21.
(17) “Mensaje de Perón a los “Compañeros de la Juventud”. en Baschetti Roberto.Ob cit. Pág. 138-139.
(18) Gasparini Op. cit. Pág. 40.
(19) revista Cristianismo y Revolución.N 28 ,Abril de 1971.Pág 70-73
(20) “Línea político militar. Documento interno” Baschetti Op. cit. Pág 249-270.
(21) Lanusse Op cit. Pag. 267. (22) Gasparini Juan. Op. cit. Pág. 41.
(23) Amorín José Montoneros: La buena historia. Buenos Aires. Catálogos 2005. Pág. 228.
(24) Línea político-militar, documento interno. Baschetti Op. cit. Pág 249-270.
(25) Lanusse Op. cit. Pág. 260.
(26) Gasparini Op. cit. Pág 49.
(27) Ibíd.
(28) Ibíd.
(29) Ibíd.
(30) Ibíd. Pág. 50.
(31) Ibíd
(32) Línea político-militar, documento interno. Baschetti Op. cit. Pág 249-270.
(33) Baschetti Roberto. Documentos 1973-1976. Vol I. De Cámpora a la ruptura. La Plata. De la Campana. 1996. Pág. 23.
(34) Recalde Aritz e Iciar,” Hacia el triunfo popular: Cámpora al gobierno-Perón al poder” En Universidad y Liberación Nacional. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires durante las tres gestiones peronistas: 1946-1952, 1952-1955 y 1973-1975. En línea, en: http://www.elortiba.org/tio.html#Hacia_el_triunfo_popular:_C%C3%A1mpora_al_gobierno-Per%C3%B3n_al_poder.Fecha de consulta :8 de julio 2009
(35) Baschetti Roberto. 1973-1976. Op. cit. Pág 19.
(36) Recalde Aritz, Ob, cit